También les dijo: “El Reino de Dios es como un hombre que echa una semilla en la tierra. Lo mismo si está dormido como si está despierto, sí es de noche como si es de día, la semilla sin que él sepa cómo, germina y crece. La tierra por sí misma da el fruto: primero la hierba, luego la espiga, después el grano gordo en la espiga. Y cuando el fruto está maduro, el hombre echa la hoz porque es el tiempo de la cosecha.
Reflexión
Cada día es una oportunidad que Dios te da para empezar de nuevo. La vida, tu vida, es como esa semilla que va creciendo sin que apenas lo percibas. Aprovecha este día como si fuera el único que vas a vivir: mira la vida con ojos nuevos, ve el lado bueno de las cosas, disfruta de la amistad, de la compañía de aquellos a quienes amas y sé feliz. Al final del día, pon todo en manos de Dios con la confianza que da el saber que te ama inmensamente, así como eres.