+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús tomó la palabra y dijo:
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
Palabra del Señor.
Reflexión
Seguimos avanzando en la segunda semana del Tiempo de Adviento. En el día de hoy la liturgia nos trae un texto tomado del Evangelio según San Mateo. Los tres versículos que leemos hoy están en el contexto de rechazo e incredulidad para con Jesús, contexto en el cual sólo los pequeños son capaces de acoger la revelación del Padre Celeste en las acciones y palabras de Jesús, por eso el Maestro da gracias al Padre en los versículos inmediatamente anteriores a los que leemos hoy. Las palabras que usa el Señor son parecidas a las que usa el libro Eclesiástico para hacer la invitación a hacerse discípulos de la sabiduría: “vengan a mí”, “tomen mi yugo”, “encontrarán descanso” (Eclo 6,24-25.28; 24,19: 51,26). En los tiempos de Jesús los fariseos hablaban de tomar el yugo de la Ley para referirse al hecho de tomar la Ley como norma de vida; pero, en realidad, el yugo de la Ley se había convertido en una carga pesadísima para el pueblo, siendo así un yugo pesadísimo de llevar, impidiendo el encuentro con Dios y la salvación. Jesús por el contrario ofrece un yugo suave y llevadero, sintonizando así con los pequeños, humildes y sencillos, ofreciéndoles un mensaje de alegría, salvación y liberación. Así, como dice Isaías “los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas… corren sin cansarse, marchan sin fatigarse” (Is 40,31).
¿Mi relación con el Señor es liberadora o es un yugo que cargo? Jesús es el Profeta de la Alegría ¿Soy alegre? ¿Qué hago yo por los pequeños, humildes y sencillos?