+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Se presentó a Jesús un alto jefe y, postrándose ante Él, le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá”. Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: “Con sólo tocar su manto, quedaré sana”. Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: “Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado”. Y desde ese instante la mujer quedó sana.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: “Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme”. Y se reían de Él. Cuando hicieron salir a la gente, Él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos en la semana número 14 del “tiempo durante el año”. En el día de hoy San Mateo nos trae el relato de dos milagros que viene entrelazados y unidos por el común tema del poder de la fe. Veamos, primero, el milagro de la resurrección de la niña; aquí tenemos a un alto dignatario que se acerca a Jesús con una gran fe en Él: lo llama Señor, se postra ante Él y casi como una orden le dice que vaya a revivirla; aunque la niña está muerta el alto dignatario acude con una confianza inmensamente grande en Jesús; frente a esta gran fe Jesús, simplemente, se levanta y va a la casa del dignatario, allí hace salir a los que dan todo por perdido (“y se reían de Él”), toma a la niña de la mano y ella se levanta. Revisemos ahora, el segundo milagro: la curación de una mujer. Se trata de una mujer que por largo doce años ha sufrido de hemorragias, lo cual la hace sufrir, la avergüenza y además, según la ley, la convierte en impura; a pesar de todos estos condicionantes ella demuestra una inmensa fe en la persona de Jesús, lo que la lleva a acercarse anónimamente a Jesús, pensando que sólo le basta tocar los flecos de su manto para quedar sana, nada más; Jesús, impresionado se da vuelta, destaca y confirma lo que la mujer creía: “tu fe te ha salvado”. San Mateo nos enseña que el Señor siempre se compadece de la necesidad de quien pone su confianza en Él sea este un importante dignatario o una mujer anónima.
Frente a las dificultades ¿Doy todo por perdido? ¿Confío plenamente en el Señor? Frente a las dificultades de otros ¿Soy indiferente? ¿Soy compasivo (a), como Jesús? ¿Hago acepción de personas?
One thought on “Mateo 9,18-26: La tomó de la mano, y ella se levantó”
Me gusta mucho los los párrafos de la Biblia a veces no lo entiendo pero busco ya sea por internet para comprenderlo y ahora más que nunca estoy aferrada a la palabra de Dios porque tengo una hermana muy grave Manuel Jesús mil ch Ortega qué es capitalizado en la mutual de seguridad Alameda al lado de la Teletón y me estoy aferrando a Dios con todo el alma porque quiero el milagro del señor y la resistencia de mi hermano quiero dar mi y testificar que mi hermano no tenía nada de posibilidad de vivir y se está aferrando a la vida y ahí está y se han pasado 7 8 días y todavía sigue luchando por vivir ese es mi testimonio si hoy tengo fe en Dios en el todopoderoso que lo va a levantar de la cama amén