+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
En esos días, volvió a reunirse una gran multitud, y como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Siento compasión de esta gente, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. Si los mando en ayunas a sus casas, van a desfallecer en el camino, y algunos han venido de lejos”.
Los discípulos le preguntaron: “¿Cómo se podría conseguir pan en este lugar desierto para darles de comer?” Él les dijo: “¿Cuántos panes tienen ustedes?” Ellos respondieron: “Siete”.
Entonces Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo, después tomó los siete panes, dio gracias, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. Ellos los repartieron entre la multitud. Tenían, además, unos cuantos pescados pequeños, y después de pronunciar la bendición sobre ellos, mandó que también los repartieran.
Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron siete canastas con lo que había sobrado.
Eran unas cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió. En seguida subió a la barca con sus discípulos y fue a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.
Reflexión
Este texto de Marcos Jesús no se desentiende de la realidad que vive la gente, muy por el contrario, ve al hombre en su necesidad real y tiene una mirada de compasión que le lleva a hacer suya esa realidad y a actuar para solucionarla. Esta mirada nacida de la compasión se convierte en gesto, y éste en don para la vida del otro. No se trata de una compasión emocional y superficial (¡pobrecito, qué pena!), sino práctica que busca eficazmente una pronta y rápida actuación. ¿De dónde brota todo esto? -es fruto de ese amor a Dios que está en él y que le hace acercarse con sencillez y ternura al más necesitado. Es una compasión que no dilata la solución porque el bienestar de la persona es lo primero. Para Jesús la persona es lo primero de todo y lo más importante, ya que es muy consciente de que la gloria de Dios es que el hombre viva plenamente.
Un anuncio de la Palabra sin la práctica de la caridad no trasmite fielmente la enseñanza de Jesús, y una caridad que no nazca de la vivencia de la fe es pura filantropía y humanismo ¿Qué procuro hacer vida?