+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Dijo Jesús:
Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no es condenado, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.
Palabra del Señor.
Reflexión
Aún impactados por los atentados en Sri Lanka y en el marco de las reivindicaciones de justicia económica y social propias del primero de Mayo, queremos acoger hoy lo que en este día internacional del trabajador nos dice el Evangelio. El texto del Evangelio de Juan insiste en la misión salvadora de Jesucristo, Luz que ilumina la verdad, el bien, a los justos. Y hoy al tener presente a san José obrero, un hombre justo, un hombre que va a marcar el origen humilde y trabajador de Jesús, reconocemos que José es la imagen del hombre que obra según Dios. El amor sincero y leal, y la confianza en el Dios de la vida y la esperanza, marcaron su compromiso con aquella familia sobrevenida de lo alto. La dignidad de cada persona sencilla que vive y trabaja en lo cotidiano, comprometida con el bien de todos, ilumina con mucha claridad allí donde está. Por eso hoy recibimos la invitación a iluminar como Jesús toda la realidad, principalmente la que necesita mayor luminosidad, para que el mundo se salve.
A la luz de lo que estamos viviendo hoy, ¿Te animas a generar cambios en tu estilo de vida ayudando, a otros y a este mundo, a vivir con esperanza de futuro? ¿Cómo estás iluminando la vida de los demás con tu trabajo?