Loading

Juan 12, 1-11: Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. Lunes Santo

15 de Abril 2019     Freddy Araya    

26-03-2019

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
Palabra del Señor.

Reflexión

Estamos viviendo los días previos a la Pasión. El Evangelio de hoy lo precisa muy bien: “seis días antes de la fiesta judía”. ¿Pero qué significa esto para nosotros? Vale la pena señalar que, no es que conmemoremos estos hechos como quien desempolva un álbum de recuerdos familiares, sino que en la liturgia, por la fuerza del Espíritu, experimentamos su realidad y su energía salvadora. ¡Por eso es tan importante prepararnos para las celebraciones de esta Semana Santa! En este día el Evangelio nos acerca la figura de Jesús mostrando su serenidad ante lo que le rodea, pero dando el valor justo a lo que ocurre a su alrededor. La mención a los pobres es una forma de hacernos caer en la cuenta de que en nuestras manos está la solidaridad para acompañar y aliviar a esos pobres con quienes Jesús siempre se ha identificado. Hoy nuestra adhesión se ha de manifestar en la solidaridad ante quienes desesperan o esperan nuestro reconocimiento como hijos predilectos de Dios a quienes hay que ayudar.

A partir de la escena del perfume, presente en el evangelio nos preguntamos: ¿Cómo huele la fe que hoy vivimos? ¿Huele a recinto cerrado, húmedo? ¿O huele al perfume de la libertad, de la alegría, de la entrega? ¿Hacia dónde se inclina la balanza?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*