+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio de hoy nos invita a caminar en la búsqueda de un amor perfecto, generoso y misericordioso. Se trata de una invitación que resuena con fuerza para nosotros en este tiempo de Cuaresma. ¿Llegaremos a esa perfección? Si no empezamos a caminar no llegaremos nunca. La llamada a la santidad que Jesús nos propone apunta hoy al amor a los enemigos, a aquellos que nos quieren mal. Nos pide una caridad sin restricciones y una oración que abarque a todos, incluso a los que nos hacen sufrir. Nos pide que seamos capaces de cortar la espiral de violencia, tan presente y justificada hoy por hoy, que seamos capaces de crecer en el ágape que construye comunidad. El Señor no nos pide que seamos amigos de todos… sino que ayudemos a que todos, aun lo que no nos caen simpáticos, tengan vida y vida en abundancia.
Cuántas crueldades y atrocidades se cometen en nombre de una supuesta justicia humana, que en realidad es venganza… ¿Seguimos reproduciendo esta dinámica en nuestra comunidad? ¿Cómo estamos siendo signo del amor perfecto del Padre Dios, allí donde nos encontramos?