+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le dijeron: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos mucho mientras que tus discípulos no ayunan?”
Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”.
Palabra del Señor.
Reflexión.
En el Evangelio de hoy los discípulos de Juan cuestionaron la actitud de los discípulos de Jesús. Y El Señor responde como le es característico: con otra pregunta. La respuesta de Jesús es enigmática, metafórica para significar la gran importancia de su presencia y acciones. “Los invitados a la boda no pueden ponerse triste mientras el novio está entre ellos”. En los momentos de fiesta, como la celebración de una boda, comemos y bebemos. Es signo de alegría compartida. En esta comparación de Jesús, el ayuno se relaciona con un tiempo que no es extrovertido ni bullicioso como una fiesta, sino un tiempo de silencio para poder aplicar la mirada al interior. En nuestra realidad el habar de ayuno, pareciera ser un tema más bien distante y que no se comprende bien. Sin embargo, el ayuno, pareciera ser un medio importante para llegar a un dominio de sí mismo, a un autocontrol. El ayuno cristiano no es solo la abstinencia de alimentos, es, en continuidad con los profetas, la práctica de la justicia y el deseo hondo de encontrarnos con Jesús que nos salva con su Palabra. Qué mejor manera de ver así el ayuno al momento de estar conmemorando el día internacional de la mujer. Que este tiempo nos ayude a convertir todo aquello que pueda estar lejos de trabajar por la dignidad y el reconocimiento de todas las personas.
A la luz de este texto ¿Qué formas de ayunos practicamos hoy? Y si no lo hacemos ¿de qué forma podríamos hacerlo? ¿Con qué propósito?