la paz es siempre un desafío para nuestros anhelos y el orgullo de ser los más grandes,
y es un desafío para los valores de la cultura actual que nos impulsa a brillar por si
mismos y a cualquier precio, ser nosotros solos, individuos que se las arreglan por su
propia cuenta. El desafío de las Bienaventuranzas, de la pobreza al no poner en primer
lugar la riqueza, el interés ni las ganancias. La bienaventuranza de la mansedumbre,
que no pone en primer lugar el poder o el dominio, es necesario saber realizar gestos
valientes de paz, de desarme y de diálogo. La bienaventuranza del hambre y de la sed
de justicia que no pone en primer lugar el bienestar propio sino que da preferencia al
compromiso por la defensa de la vida y de la dignidad de los marginados. La
bienaventuranza de los injuriados y los perseguidos por la justicia, que no pone por
encima de todo y a cualquier precio el consenso y el aplauso de los demás, sino que
afronta humildemente la cruz con la gracia del espíritu Santo, para hacer realidad el
Reino de Dios, de la justicia y de la paz.
¿Qué te pide el Señor en este día?
¿Qué le dices al Señor antes de tu descanso?