Señor, Tú hiciste mi mundo y a mí mismo. Tú escogiste mi mundo vital, mi tiempo, mi ciudad, mi lengua. Tú me diste entendimiento y pasiones; Tú me creaste lleno de deseos y energías. Tú me diste voz para cantar canciones para ti mismo, en nombre de toda la Creación.
Por todas estas cosas que han pasado entre nosotros, yo te doy gracias. A todo lo que Tú estás haciendo ahora en mí yo digo sí. En nombre de Aquel en quien todas las cosas dicen sí, Jesús, mi Señor y buen hermano, que vive y reina contigo, por todos los siglos. Amén.
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?