Tanto el texto de Filipenses sobre la “kenosis” (Flp.25ss.), como muchos pasajes del Evangelio, presentan a Jesús en actitud de siervo, ajeno a toda búsqueda de su propia gloria, identificado con la gente sencilla. Registremos algunos de esos textos:
- Tengan unos con otros la actitud de Jesús, que siendo de condición divina, no se aferró a su igualdad con Dios, sino que renunció a lo que era suyo y tomó la naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se abajó (se humilló a sí mismo) haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz…_ (Flp.2,5-8).
- ¿Quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que le sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio, yo estoy entre ustedes como el que sirve_ (Lc.22,27).
- Vengan a mí todos ustedes, que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí que soy paciente y de corazón humilde: así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo es suave y la carga que les doy es ligera_(Mt.11,28-30).
¿A qué me invita el Señor en este día?