Como un torrente desbordado y loco,
hacia el abismo…¡Sé fiel al cauce
y a la ley que lleva,
por su peso, las aguas a la mar!
Sé libre, como el viento:
y evapora tu ser entre las nubes…
Sé libre, como el vapor del agua,
y sube y sube y sube,
hasta formar la niebla…
si así te lo prescribe tu liviandad…
Quizás en lo profundo,
quizás sobre la altura
-nieve, granizo o lluvia-
serás verdura y fruto,
¡grano en sazón!
…Siempre, si sigues fiel
encontrarás la luz, y tu destino…
¡Y hallarás el camino para llegar a Dios!
¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?