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Mateo 9, 27-31: Ten piedad de nosotros, Hijo de David

5 de Diciembre 2025     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Dos ciegos siguieron a Jesús, gritando: “Ten piedad de nosotros, Hijo de David”.
Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y él les preguntó:
“¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?”
Ellos le respondieron: “Sí, Señor”.
Jesús les tocó los ojos, diciendo: “Que suceda como ustedes han creído”.
Y se les abrieron sus ojos.
Entonces Jesús los conminó: “¡Cuidado! Que nadie lo sepa”.
Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio según San Mateo narra el milagro de la Curación de dos ciegos. Este relato forma parte de una sección más amplia que describe diez milagros en los capítulos 8 y 9 de Mateo, los cuales abarcan todas las posibles dolencias. Así, se cumple el programa de Jesús profetizado por Isaías. San Mateo utiliza este milagro en dos ocasiones (la otra es Mt 20, 29-34) para recordar a los cristianos de su comunidad el momento de su propia curación o salvación. El centro del relato o clave para comprenderlo es la fe, un tema que el evangelista destaca con gran fuerza. La fe es la condición necesaria para que se realicen los signos (milagros) que manifiestan la llegada del Reino de Dios. La fe de los dos ciegos se muestra en su actitud: se mueven y buscan la misericordia de Jesús, le siguen gritando con confianza, entran en la casa detrás de Él y se acercan a Él. La fe es el contenido fundamental del diálogo con Jesús: “¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?… Sí Señor”, a lo que Jesús responde: “Que suceda como ustedes han creído”. Este hermoso diálogo nos muestra que la fe establece una relación personal del creyente con Jesús, en medio de la cual se produce el encuentro salvador. San Hilario de Poitiers enfatiza que los ciegos vieron porque habían creído, y no al revés; es necesario merecer con la fe lo que se pide sin que la fe dependa del resultado obtenido. La alegría de este encuentro con el Señor, y la curación de la ceguera (salvación), es tan grande que los hombres no la pueden ocultar a pesar de la advertencia de Jesús. San Juan Crisóstomo comenta que, al no poder contenerse, se convirtieron en heraldos y evangelistas del Señor.

¿Es mi fe una relación personal con Jesús? ¿Busco a Jesús? ¿Busco su misericordia? ¿De qué ceguera tiene que sanarme el Señor? ¿Cómo fue mi primer encuentro con Jesús?

Categories: Evangelio diario

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