+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a Él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y Él los sanó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban sanos, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.
Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino”.
Los discípulos le dijeron: “¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?”
Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen?”
Ellos respondieron: “Siete y unos pocos pescados”.
Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los daba a los discípulos, y ellos los distribuían entre la multitud.
Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio según San Mateo narra la segunda multiplicación de los panes, un acontecimiento provocado por la compasión de Jesús. Cristo toma la iniciativa para saciar el hambre de una gran multitud, realizando un milagro que, junto con la primera multiplicación, insinúa un gran significado social al alimentar a una porción considerable de la población. Esta narración es similar a la primera multiplicación al mantener referencias a la eucaristía, al profeta Eliseo y a Moisés, todos ellos asociados al tema del pan, ya sea multiplicado o bajado del cielo. Además, el lugar donde se realiza la multiplicación se describe como un lugar desértico, lo que recuerda nuevamente al maná y a Moisés. Sin embargo, existen detalles clave que distinguen este relato e indican que la segunda multiplicación está destinada específicamente a discípulos de origen pagano, siendo la primera para discípulos de origen judío. El contexto es importante: el milagro sucede después del viaje de Jesús a la región pagana de Tiro y Sidón y tras la curación de la hija de la mujer cananea (pagana). La distinción se subraya con la simbología numérica: se usan siete panes y se recogen siete canastos sobrantes. El número siete es una referencia al paganismo, ya que alude a los diáconos helenistas o a los siete pueblos paganos de Canaán. Otro detalle litúrgico que lo marca como un evento para gentiles es que Jesús utiliza la fórmula griega «dar gracias« en vez de la forma judía acostumbrada, que era «pronunciar la bendición«. Vemos en esta multiplicación cómo la mesa de Jesús es tan amplia que rompe las barreras iniciales, invitando a todos. Es como si el Mesías abriera las puertas de la casa a huéspedes inesperados, asegurándose de que haya pan suficiente y de sobra para todos los que decidan unirse a la fiesta.
Jesús es compasivo ¿soy compasivo? Jesús rompe barreras e incluye ¿soy inclusivo? Jesús alimenta a multitudes ¿comparto con los pobres?
