+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: “Si quieres, puedes purificarme”. Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: “No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio”.
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a Él de todas partes.
Palabra del Señor.
Reflexión
Iniciamos una sección de controversias en torno a figura de Jesús, compuesta por cinco relatos de conflicto que irán mostrando los diversos enemigos del Señor en su creciente hostilidad hacia Él, desembocando en su decisión de “acabar con Él” (Mc 3,6). En el capítulo dos el Evangelio según San Marcos nos presenta a Jesús actuando con su conocida autoridad signo de la presencia amorosa y compasiva de Dios, la cual ya no sólo causa admiración, sino también exasperación, repulsa y obstinación por parte de los dirigentes israelitas. La primera escena de este capítulo, donde se produce la primera controversia, en este caso con los escribas, es el milagro de La curación del paralítico combinada con la Discusión con los mencionados escribas. Unos hombres le traen al paralítico cruzando todos los obstáculos, a causa de la multitud junto a la puerta de la casa de Pedro; Jesús al ver la fe de aquellos hombres hace un acto revelador perdonando los pecados del paralítico. Frente a esto unos escribas deducen que Jesús blasfema, porque siendo hombre se arroga el poder de Dios, ya que sólo Dios puede perdonar pecados; su razonamiento es correcto, pero ellos no han tomado en cuenta la posibilidad de que la actuación de Jesús sea la revelación de su condición divina, porque se obstinan en su ceguera. Sabiendo los pensamientos de los escribas el Señor le dice al paralitico que se ponga de pie y vaya a su casa y él así lo hizo. Jesús sigue la lógica de los escribas, si el paralítico se sanó fue porque sus pecados fueron perdonados y si sus pecados fueron perdonados es por la condición divina de Jesús, ya que sólo Dios puede perdonar los pecados. La gente en cambio se asombra ante el poder de Jesús y glorifica a Dios.
¿He experimentado la presencia amorosa y compasiva de Dios? ¿Creo que Jesús comprende y perdona mis pecados, a través de su Iglesia? ¿Descubro en la persona de Jesús al verdadero hombre y verdadero Dios?