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Mateo 11, 16-19: No Escuchan Ni A Juan Ni Al Hijo Del Hombre

13 de Diciembre 2024     Freddy Araya    

martes 18

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a la multitud:
¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: “¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!”
Porque llegó Juan el Bautista, que no come ni bebe, y ustedes dicen: “¡Está endemoniado!” Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.

Palabra del Señor.

Reflexionemos

Hoy estamos en compañía de Juan el Bautista, presente en la narración del Evangelio según San Mateo. Jesús siente y conoce el rechazo de su pueblo al Reino de los Cielos presente en su persona, por eso cuando usa la frase “esta generación” la usa siempre en forma peyorativa para referirse a su pueblo, pero sobre todo a la clase dirigente de Israel, que le ha rechazado con todas sus fuerzas y no sólo a Él sino también a Juan. El juicio de Jesús a “esta generación” se compone de una parábola (Lc 11,16-17), su explicación (Lc 11,18-19a) y un dicho sapiencial (Lc 11,19b). Emitir el juicio es la función de la breve parábola de los niños que narra el Señor. Los niños que gritan son Juan Bautista y Jesús de Nazaret y los otros son los niños “taimados” (“esta generación”) a los cuales se les toca música alegre y no bailan y se les toca música fúnebre y no lloran. La parábola hace referencia, en primer lugar, al estilo austero, rudo y exigente de Juan Bautista, el cual invitaba con duras palabras (“música fúnebre”) a la conversión y preparación para la llegada de los tiempos mesiánicos, por lo cual fue rechazado. En segundo lugar, la parábola se refiere a la persona de Jesús de Nazaret, el cual, con su estilo manso y humilde, compasivo y misericordioso, trae la alegría (“música alegre”) de los tiempos mesiánicos con el gozo del Evangelio, pero también es rechazado. El dicho sapiencial termina sentenciando que, frente a todo esto, la sabiduría de Dios queda justificada por las obras de Juan y de Jesús y aquellos que abren su corazón lo comprenden y se convierten. «Amado Señor, muéstrame mi pecado, muéstrame mi indignidad, enséñame a arrepentirme sinceramente, perdóname por tu misericordia» [San John Henry Newman].

¿Cómo vivo las exigencias de Juan el Bautista? ¿Cómo vivo la alegría de Jesús de Nazaret? ¿Qué puedo hacer para no pertenecer a “esta generación” que rechaza al Reinado de Dios?

Categories: Evangelio diario

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