+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos: “Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.
Pedro preguntó entonces: “Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?”
El Señor le dijo: “¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquél a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: «Mi señor tardará en llegar», y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto recibirá un castigo severo. Pero aquél que, sin saberlo, se hizo también culpable será castigado menos severamente.
Al que se le dio mucho se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho se le reclamará mucho más”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Seguimos en compañía del Evangelio según San Lucas, que nos está describiendo en forma muy detallada y extensa el camino seguro y decidido que el Señor ha tomado voluntariamente hacia Jerusalén, donde será su Pascua. Durante el camino Jesús instruye a sus discípulos y sus discípulas de varias formas y entre ellas encontramos las tres parábolas que se nos presentan en estos días, ayer, por ejemplo, hemos leído la parábola de los servidores fieles; continúa hoy la fuerte invitación de Jesús a la vigilancia y a la fidelidad con la lectura de las siguientes dos parábolas: primero, el dueño de casa y el ladrón y, segundo, los dos administradores. La primera, es la parábola del dueño de casa que se prepara para que la llegada del ladrón no lo sorprenda, esta parábola muestra la incertidumbre de la hora de la venida del Señor, por lo tanto, lo que quiere enseñar no es sólo la vigilancia sino, sobre todo, el estar preparados, porque el que llega es el Hijo del Hombre que viene como juez; en el fondo se trata de vivir convencidos de que el Señor está siempre presente entre nosotros. La segunda, es la parábola de los dos administradores, el fiel, previsor y trabajador por un lado y el negligente, maltratador, comilón y borracho (como el rico insensato de la parábola en Lc 12,19), por el otro; Jesús hace énfasis en que los dirigentes de Israel, en primer lugar y luego los de la comunidad cristina, deben estar siempre al servicio de la comunidad, manteniéndose fieles hasta la llegada del Señor y, el hecho de que el regreso del Señor se retrase no significa que los cristianos deben descuidar su vida (ver Lc 12,19), porque el Hijo del hombre viene como juez y nos pedirá cuenta de nuestra acciones.
¿Estoy preparado (a) para la llegada del Señor? ¿Qué le diré a Jesús cuando me encuentre con él cara a cara? ¿Qué me dirá Jesús cuando me reciba en su Reino eterno?