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Lucas 11, 42-46: ¡Ay de ustedes, fariseos! ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley!

16 de Octubre 2024     Freddy Araya    

09-05-2019

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Jesús dijo a los fariseos:
“¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!”
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: “Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros”.
Él le respondió: “¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Continuamos hoy acompañando a Jesús en su camino hacia Jerusalén según nos lo presenta el Evangelio según San Lucas. Ayer hemos iniciado la lectura del discurso de Jesús contra los fariseos y los “escribas de los fariseos” o doctores de la Ley. Con el versículo cuarenta y dos leído hoy se inician una serie de “tres ayes” dirigidos contra los fariseos, a través de los cuales, el Maestro nazareno les enrostra su hipocresía y vanidad en su forma de vivir la religión. A los fariseos Jesús los acusa de exagerar en el pago de los diezmos aún de las cosas más insignificantes, como la menta y la ruda (lo que no era obligación), pero descuidando lo más importante: la justicia y el amor de Dios; o sea los inculpa de promover una religión de apariencias legales, pero muerta en el corazón. Hay que saber que Cristo no reprocha, de por sí, el estilo de vida fariseo y su cumplimiento de las leyes bíblicas; lo que les reprocha es su olvido de los mandamientos esenciales (ver Lc 10,25-37). Por eso el Señor acusa a los fariseos de estar podridos por dentro y, no solamente eso, sino que con su podredumbre contaminar a las personas que caen en sus redes; esto cuando los compara con esos sepulcros que la gente pisa sin ver, contrayendo impureza ritual (ver Nm 19,16). Por último, en el texto de hoy, el Maestro de Nazareth ataca a los Doctores o Maestros de la Ley, los cuales eran, dentro de los fariseos, expertos en la Ley de Moisés, y los acusa de llenar la práctica religiosa de infinidad de preceptos inútiles, que ellos se excusan de practicar, pero que obligan al pueblo a practicar como una pesada carga, haciendo imposible su salvación. A ellos también dedicará tres ayes.

¿Soy consciente de que mi práctica religiosa no debe ser para aparentar, sino para amar? ¿Alguna vez he actuado como los fariseos o como los maestros de la Ley? ¿He comprendido que la religión cristiana es la alegría de la salvación y no la tristeza de las cargas que llevar?

Categories: Evangelio diario

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