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Lucas 11, 37-41: ¡Así son ustedes, los fariseos!

15 de Octubre 2024     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.

Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.

Palabra del Señor.

Reflexión

En el día de hoy el Evangelio según San Lucas nos introduce en el discurso de denuncia en contra de los fariseos y de los legistas; leeremos este sermón desde hoy hasta el jueves. La primera escena de esta sección comienza en la casa de un fariseo donde Jesús fue invitado a comer (como en varias otras ocasiones). Las palabras del Señor serán provocadas por la crítica que le hace, con el pensamiento, el sorprendido fariseo, esto porque Jesús no realiza las abluciones que estaban prescritas en la práctica religiosa judía. Cristo Jesús desenmascara la actitud hipócrita de los fariseos que siempre suelen estar preocupados sólo por cosas externas, ya que para el Señor lo que importa es la pureza interior. El Señor compara al ser humano con una copa que debe estar limpia por dentro y por fuera y, según la enseñanza del Maestro, la copa sólo estará limpia por dentro cuando se tiene compasión por los necesitados. Jesús, en su enseñanza, deja claro que la pureza no se alcanza por cumplir normas o ritos muchas veces excluyentes, sino que rompiendo barreras y acercándose a los pobres y marginados, como Él mismo lo hace; así se deduce que la limosna, esto es, ejercitar la misericordia, que era una práctica judía y desconocida por los paganos (no judíos), hace puro al creyente ante Dios; por lo tanto, Lucas presenta la limosna como práctica esencial de los cristianos. El tema de la limosna es especialmente sensible dado la apetencia conocida de los fariseos por el dinero; por lo tanto, la exhortación del versículo 41 toma toda su fuerza, ya que es una invitación a los que tienen dinero (los fariseos o cualesquiera otras personas) para que encuentren la verdadera pureza haciendo limosna (imitando la misericordia de Dios) para con los pobres.

¿Busco la pureza verdadera o vivo de apariencias? ¿Cómo es mi relación con el dinero y con los bienes materiales? ¿Soy generoso con lo tengo, especialmente con los pobres?

Categories: Evangelio diario

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