+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”
Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”.
Y dijo a otro: “Sígueme”. Él respondió: “Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”.
Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás no sirve para el Reino de Dios”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Avanzamos en la semana veintiséis del “Tiempo durante el Año” (“Tempus per Annum” en latín) y lo hacemos en la compañía del Evangelio según San Lucas. Estamos llegando ya al final del capítulo nueve de este evangelio; tenemos que recordar que en el versículo 51 de este capítulo el evangelista nos ha dado la gran noticia de que Jesús ha iniciado su camino hacia Jerusalén para cumplir con el plan de Dios (Pasión, Muerte y Resurrección), plan que cuenta con la firme decisión del Maestro, esto se demuestra en su decidido caminar hacia la ciudad santa. El “tercer evangelio” dedica un total de diez capítulos (un tercio del texto de San Lucas) al viaje de Jesús hacia Jerusalén, la intención literaria de esta larga narración es mostrar la tensión teológica del viaje: Jesús camina, como el pueblo de Dios, con el horizonte de la Pascua, en la que se cumplirán todas las promesas de Dios, y esto en la ciudad santa de Jerusalén. Después de mencionar que Jesús recibió un rechazo en Samaría (Lc 9,52-53), San Lucas nos narra las “exigencias y condiciones” para seguir al Señor y lo hace con tres dichos del Maestro Nazareno (ver Lc 9,58.60.62) dirigidos a tres “posibles discípulos”. El evangelista nos indica que Jesús ha sentido el rechazo tanto en su patria Galilea como también en Samaría, por eso Él se presenta como el solitario que no tiene un lugar propio (San Lucas jamás muestra a Jesús en alguna casa propia o de sus discípulos). Los tres dichos nos indican que la urgencia de seguir a Jesús es gravísima, por eso hay que dejar de lado cualquier obstáculo que impida seguirlo: los muertos (que son los que han rechazado el reinado de Dios) son insensibles al llamado del Señor y se quedarán “enterrando muertos”.
¿Estoy dispuesto (a) a acompañar a Jesús en el anuncio del Reino? ¿Estoy consciente de que siempre es urgente el llamado del Señor? ¿Estoy dispuesto (a) a renunciar a lo que me estorba para seguir a Jesús?