+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ése es el más grande”.
Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros”.
Pero Jesús le dijo: “No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes”..
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer Domingo hemos iniciado la semana vigésima sexta Tiempo durante el Año, también llamado Tiempo Ordinario. En el día de hoy continuamos con la lectura semicontinua del Evangelio según San Lucas con el último episodio de la sección dedicada a las respuestas dadas a Jesús al terminar su ministerio en Galilea, justo antes de iniciar la extensa narración que hace el evangelista del Viaje de Jesús hacia Jerusalén. Cristo el Señor acaba de hacer el segundo anuncio de la pasión (Lc 9,44), demostrando que, a pesar de las grandes maravillas que ha realizado, su voluntad está totalmente entregada a su Padre Celestial. Por el contrario, los discípulos no sólo no entienden el anuncio del Señor (Lc 9,45), sino que se ponen a discutir sobre quién sería el más grande de entre ellos; esto nos indica que las enseñanzas del Maestro nazareno sobre el discipulado, ya narradas, no serán asimiladas de un día para otro por sus seguidores. Contrasta la actitud de Jesús que sólo busca hacer la voluntad de su Padre con la de los discípulos que buscan gloria y honor. Jesús, demostrando su condición divina, ya que sólo Dios puede conocer los pensamientos de los hombres, confronta a sus discípulos poniendo como ejemplo a un niño; el Maestro nos quiere enseñar dos cosas con el niño ahí presente; la primera es que quien quiera ser grande tiene que hacerse humilde e insignificante como era un niño en los tiempos de Jesús; la segunda es que quien quiera ser grande tiene que acoger a los humildes y pequeños, ya que quien así lo hace, recibe al mismo Señor. Por último, el Maestro de Nazaret enseña a sus discípulos (as) que la relación que ellos (ellas) tienen con Él no es exclusiva, hay más personas que actúan en nombre de Jesús.
¿Busco poder, honor y gloria? ¿Me reconozco pequeño (a) ante el Señor? ¿Trato con amor a los más pequeños, humildes y marginados?