+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Al salir de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y ésta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. De muchos salían demonios, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” Pero Él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero Él le dijo: “También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado”. Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el día de hoy continúa el Evangelio según San Lucas presentándonos la actividad sanadora del Señor, siempre en Cafarnaúm, la ciudad de Jesús; en esta ocasión tenemos un milagro y un sumario. Empieza con la curación de la suegra de Pedro, la cual se encontraba en cama con mucha fiebre, entonces Jesús la sana de su mal. Lucas cambia el orden original de Marcos y presenta primero la sanación de la suegra de Pedro y después la vocación de este, con la intención de indicar que la fe y el discipulado nacen del encuentro con el milagro. San Lucas enfatiza la autoridad y poder de Jesús con pequeños detalles: la fiebre era muy alta, la fiebre desaparece de inmediato, desaparece con la pura palabra del Maestro y destaca que en seguida ella se levantó; además el evangelista nos presenta la curación a manera de un exorcismo donde la fiebre es obra de un demonio, por eso Jesús increpa a la fiebre, usando la palabra griega para exorcismo: “epitiman” (que significa vencer con una palabra de poder, reprender, increpar), o sea confronta al demonio para que libere a la mujer. Agrega San Lucas que ella se puso a servirle (diekónei), con esto destaca a la primera mujer, de varias más, que se hace discípula del Señor acogiéndolo, siguiéndolo y/o sirviéndolo. Descrito este milagro, continúa, ahora, el sumario de la actividad taumatúrgica (sanadora) del Señor diciendo que todos los que tenía enfermos se los llevaron y Él impuso las manos y curó a cada uno de ellos. Nuevamente San Lucas destaca la presencia de los demonios que salían de muchos de los enfermos, para enfatizar así la lucha sin cuartel, de Jesús contra los poderes demoniacos en el contexto de la llegada de los tiempos mesiánicos y del Reinado de Dios.
A parte de la suegra de Simón Pedro ¿Qué otras discípulas de Jesús conozco? ¿Cómo puedo servir al Señor? Ofrezco una oración por todas las personas que sufren enfermedades, especialmente las que conozco.