+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus apóstoles:
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquél que persevere hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.
Palabra del Señor.
Reflexión
Con el versículo dieciséis el Evangelio según San Mateo nos introduce a la segunda parte del “discurso misionero” también llamado “discurso apostólico” (Mt 10,1-42). Aquí el Maestro nazareno advierte y enseña a sus discípulos (as) las difíciles condiciones que los acompañarán en su tarea de anunciar y testimoniar la buena noticia de la llegada del Reino de los Cielos. En este contexto de persecución y rechazo, que el mismo Señor sufre en primer lugar, Jesús usa un refrán popular (ya usado en el Midrash o Comentario de Cantar 2,14) para indicarles que deben buscar el equilibrio entre la astucia y sagacidad de la serpiente y la sencillez de la paloma (ver Rm 16,19; 1 Cor 14,20; Lc 16,8). Los versículos siguientes (del 17 al 25), San Mateo los toma del “Discurso Escatológico” de San Marcos 13,9-13. La descripción tan detallada de la persecución indica la dura realidad que deben afrontar los discípulos de Jesús y los primeros cristianos: expulsados de las sinagogas, perseguidos por los judíos, entregados por los judíos a los tribunales paganos, incluso despreciados y entregados por sus propias familias. Frente a esta situación el evangelista presenta dos consejos de Jesús para sus discípulos y sus discípulas. En primer lugar, una recomendación de ser astutos como la serpiente e ir de una ciudad a otra para protegerse; históricamente los cristianos de Jerusalén huyeron a Pella que estaba en la Decápolis. En segundo lugar, otra recomendación que invita a ser sencillos como la paloma y confiarse totalmente en Dios, así podrán dar testimonio delante de los judíos (Sinagogas y Sanedrín) y de los paganos (Gobernadores romanos y Reyes vasallos de Roma) ya que no les faltará la asistencia del Espíritu del Padre Dios que hablará por ellos y podrán preservar en la fe hasta el final y se salvarán.
¿Soy fiel al mensaje del Señor? ¿Soy capaz de dar testimonio de Jesús? ¿Qué dificultades he experimentado en mi vida por causa del Evangelio?