+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Al verse rodeado por la multitud, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. Entonces se aproximó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré adonde vayas”.
Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”.
Otro de sus discípulos le dijo: “Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre”.
Pero Jesús le respondió: “Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos ya en la semana número trece del “Tiempo durante el Año”. Recordemos que hemos iniciado este tiempo leyendo a San Marcos para seguir, ahora con la lectura de San Mateo y terminar, más adelante con la lectura de San Lucas. El Evangelio según San Mateo nos ha presentado ya tres de los diez milagros de esta sección (Mt 8,1-17) y hoy nos trae dos breves y sorprendentes diálogos sobre las exigencias del discipulado tomados de la “Fuente de Dichos” de Jesús llamada “Documento Q”; además podemos encontrar un paralelo del Antiguo Testamento en la llamada que hace Elías a Eliseo para ser profeta (1Re 19,19.21). Dos personas que se aproximan al Señor dan origen a los diálogos. El primero que se acerca a Jesús es un escriba, esto es, un especialista en la Sagrada Escritura, un estudioso y líder entre los judíos, él se acerca porque quiere ser discípulo del Señor (“te seguiré adonde vayas”), el Maestro le responde enigmáticamente haciéndole ver que seguirlo a Él es seguirlo en su forma de vida itinerante sin techo lo que implica la ruptura con la propia familia, con la propia casa. Cabe destacar que, por primera vez, Mateo nos presenta a Jesús autodenominándose “Hijo del Hombre” (título inspirado en Dn 7,13-14 y que Él usaba para sí mismo). El segundo que se acerca a Jesús es otro discípulo, hecho que da pie para la profunda enseñanza sobre el carácter urgente, radical, escatológico y carismático del seguimiento del Señor que sobrepasa por mucho las exigencias del discipulado de los fariseos; la palabra clave del versículo 21 es “primero” (proton, en griego): “Señor, permíteme que vaya PRIMERO a enterrar a mi padre”, ya que para los cristianos el seguimiento de Jesús debe ser radical, debe ser prioridad primera y debe anteponerse a todo.
¿Le he dicho a Jesús: te seguiré adonde vayas? ¿Es Jesús prioridad en mi vida? ¿Qué nota le pondría a mi calidad de discípula o de discípulo?