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Marcos 10, 46-52: Maestro, haz que pueda ver

30 de Mayo 2024     Freddy Araya    

24-10-2018

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten piedad de mí!”. Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Entonces llamaron al ciego y le dijeron: “¡Animo, levántate! El te llama”. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El le respondió: “Maestro, que yo pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado”. En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. 

Palabra del Señor.

Reflexión

La segunda parte del Evangelio según San Marcos iniciada en Mc 8,31 tiene tres secciones: la primera, revelación del camino doloroso de Jesús Mesías, la segunda, revelación de Jesús Juez y Señor del Templo, la tercera, revelación de Jesús Hijo de Dios. Concluimos hoy la primera sección (Mc 8,31-10,52) que nos narró el camino de Jesús hacia Jerusalén, camino de sufrimiento, escarnio y muerte; camino iniciado en Cesarea de Filipo para después cruzar Galilea y llegar hoy a Jericó. Durante el camino Cristo hace tres anuncios de la pasión y resurrección; a cada anuncio le siguen la incomprensión de los discípulos y luego una instrucción y catequesis de Jesús para ellos. Este camino “teológico” sirve para que Jesús asuma libremente el destino que le depara Jerusalén y para que los discípulos aprendan a aceptar a Jesús como “Mesías Sufriente”. La curación del ciego Bartimeo, que leemos hoy sirve de catequesis sobre el discipulado y de cierre del camino, ya que estamos en Jericó, a los pies de Jerusalén. Cabe destacar que este es “el último signo del poder divino de Jesús”, el último milagro narrado por Marcos, ya que en las siguientes secciones se mostrará la debilidad de Jesús en su pasión. La ceguera de Bartimeo describe la ceguera de los discípulos, el milagro del Maestro pretende llevar luz a la vista de los discípulos para que lo sigan en su gloria. Es interesante destacar el contraste que describe Marcos entre Santiago y Juan por un lado y Bartimeo por el otro, ya que Santiago y Juan (y los demás discípulos) lo único que quieren es “sentarse” con Jesús buscando poder, en cambio el ciego Bartimeo lo único que quiere es poder ver para pararse y “poder seguir”, como discípulo, a Jesús hacia Jerusalén, hacia su pasión muerte y resurrección.

¿Busco poder? ¿Busco seguir a Jesús Mesías sufriente? ¿Qué cegueras debe quitarme el Señor?

Categories: Evangelio diario

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