+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Juan le dijo a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros”. Pero Jesús les dijo: “No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Avanzamos en la séptima semana del Tiempo durante el Año y continuamos la lectura semicontinua del Evangelio según San Marcos. El evangelista está presentado la segunda instrucción de Jesús a sus discípulos sobre la Cristología y el Discipulado (Mc 9,33-10,31), esta instrucción se centra en el Reino de Dios y en las exigencias que pone el Señor para entrar en él. Empieza Jesús con el segundo anuncio de la pasión (Mc 9,31) y sigue con una enseñanza sobre el servicio, ya que los discípulos estaban discutiendo sobre quién era el más grande (Mc 9,34); como ejemplo el Señor coloca un niño, por la insignificancia que ellos tenían en ese tiempo, así “el que quiera ser el primero, debe hacerse el último de todos” (Mc 9,35); en el Reino se es grande no por el puesto que se ocupa sino porque se acoge con amor a los que no tiene grandeza, tal y como lo hace Jesús. Como una muestra de las preocupaciones de los discípulos por el prestigio y la grandeza aparece el enojo de Juan y de los demás para con un exorcista anónimo (ver Hch 19,13-14) que usa, con éxito, el Nombre de Jesús (ver Mc 1,24; 5,7) para expulsar demonios, al cual le prohíben hacerlo; este acontecimiento recuerda una situación similar narrada en Nm 11,26-29, donde Eldad y Medad profetizan sin la debida autorización. La Escritura nos muestra que tanto Moisés en el AT como Jesús en el NT se muestran tolerantes con la situación de esos dos profetas o de ese exorcista anónimo. Jesús piensa que nadie que use su Nombre para hacer el bien puede hablar mal de Él, por eso se muestra tolerante y exhorta a sus discípulos a hacer lo mismo y no buscar exclusividad sectaria y monopolizadora, ni elitismo ni prestigio vacío.
¿He cultivado en mi vida una actitud de servicio? ¿Busco prestigio, alabanzas y reconocimiento? ¿Tengo una actitud de cerrazón o soy tolerante?