+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer Domingo hemos terminado el Tiempo de Pascua con la celebración de la Solemnidad de Pentecostés. A partir de hoy retomamos el “Tiempo durante el Año” en su séptima semana; recordemos que este tiempo lo habíamos suspendido a partir del Miércoles de Ceniza pasado (14 de febrero). En este día, según el Calendario Romano, nos corresponde celebrar la Memoria obligatoria de la Bienaventurada Virgen María Madre de la Iglesia, la cual contiene lecturas bíblicas propias (que son lecturas en las cuales se nombra al santo que se celebra). Por eso el texto de hoy es el de la crucifixión de Jesús donde estaba María. El Evangelio según San Juan nos dice en su relato que, junto a la cruz de Jesús, estaban las santas mujeres, la Madre de Jesús y el discípulo amado; esta es la segunda vez que San Juan nombra a la Virgen María después de las bodas de Caná (ver Jn 2,1-11). Hay un diálogo muy hermoso entre el agonizante Jesús y María y el Discípulo. Jesús le habla a María llamándola Mujer, este apelativo nos recuerda el texto de Gn 3,15 donde Dios, hablándole a Eva, dice que la descendencia de la Mujer aplastará la cabeza de la serpiente o demonio; con esta forma de hablar se destaca el triunfo de Jesús el Hijo (descendencia) de María (la Mujer) sobre el poder del Diablo (la serpiente). A la Mujer le encarga cuidar, como Madre, al Discípulo otorgándole la Maternidad espiritual sobre la Iglesia representada por ese Discípulo sin nombre, al que le pide recibirla como Hijo, el cual la acoge llevándola a su casa, o sea como su propia Madre. Terminará el relato, en el versículo 30, con la muerte de Jesús y el cumplimiento de las Sagradas Escrituras que implica la derrota total del Maligno.
¿Cómo es mi relación con María? ¿Siento que es mi Madre? ¿Cultivo mi devoción personal a la Madre de Dios? ¿Descubro a María como Auxiliadora en los tiempos difíciles?
