+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?”. Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos iniciado la Semana Mayor del año litúrgico, la Semana Santa, con la celebración del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Hoy nos corresponde celebrar el Lunes Santo en el cual nos acompaña, otra vez, el Evangelio según San Juan presentándonos uno de los últimos relatos del Libro de los Signos que concierne a la primera parte de su Evangelio, el texto en concreto es la Unción en Betania. San Juan nos indica que Jesús llegó a Betania seis días antes de la Pascua (Jn 12,1), indicando con el número seis la imperfección del judaísmo y del Antiguo Testamento, situación que será perfeccionada en el séptimo día de la Pascua de Jesús; recordemos que en la Biblia el número siete indica perfección y el seis imperfección. Un día antes de la Pascua, María, la hermana de Marta y Lázaro trae una libra (326 gramos) de perfume de nardo puro (obtenido de las raíces de una planta de las montañas al norte de India) y con él unge los pies de Jesús; ante esta acción Judas Iscariote reclama y cuestiona a María por usar ese perfume tan caro en Jesús, pero el Señor defiende a María y le da sentido profundo a su actuar: “Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura.” (Jn 12,7b). El relato nos muestra dos personajes antagonistas en su relación con el Señor Jesús; por un lado, Judas Iscariote, el traidor, el ladrón, el falso discípulo y, por otro lado, María de Betania, la amiga de Jesús, la verdadera discípula, que gasta un perfume carísimo (unos cuatro millones de pesos aproximadamente) en preparación a su funeral.
¿Qué me dicen las actuaciones de Judas y de María en este relato? María se prepara para acompañar a Jesús en su Pascua y Judas para traicionarlo, ¿Qué hago yo? ¿Cómo voy a vivir esta Semana Santa?