+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos:
“El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Después dijo a todos: “El que quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se arruina a sí mismo?”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Recordemos que ayer miércoles hemos iniciado el Tiempo de Cuaresma que nos prepara para la celebración de la Pascua del Señor; en este tiempo de cuarenta días, como signo penitencial, en la Misa se omiten los cantos del Gloria y del Aleluya, no se colocan flores en el Altar y se canta sin instrumentos. En el día de hoy celebramos el “Jueves después de Ceniza” y el texto bíblico central está tomado del Evangelio según San Lucas. El evangelista nos dice que Jesús acababa de preguntar a sus discípulos sobre quién pensaban ellos que él era y que Pedro había respondido “Tú eres el Mesías de Dios” (Lc 9,20). Entonces el Señor les había ordenado guardar silencio (Lc 9,21) y ahora les explica que la creciente oposición a su persona lo llevará a la muerte, poniendo así en su horizonte la Cruz. Lo que al Maestro le preocupa es que debe quedar claro para los discípulos que el Hijo del Hombre será humillado hasta la muerte, pero que detrás de estos acontecimientos está el plan de Dios y la victoria de Jesús en la Resurrección (Lc 9,22). El Señor extiende la invitación a seguirlo a todos (“el que quiera venir detrás de mí…” Mc 9,23a) y en la invitación el Maestro resalta la cruz como centro de la invitación, indicando de esta manera, que el compromiso de los discípulos y discípulas con Jesús y su participación en el Reino de Dios con hechos y palabras, se muestra siendo constantemente fieles, día a día al Maestro de Nazaret y a su estilo de vida, o sea perdiendo la vida en el profundo compromiso con Jesús y el Reino de Dios.
¿Tengo claro que la verdadera identidad de Jesús no se puede separar de la Cruz? ¿Estoy dispuesto (a) al seguimiento de Jesús? ¿Cómo describiría mi compromiso con el Reino de Dios?