+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta:
“Desde Egipto llamé a mi hijo”.
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
“En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Celebramos hoy el cuarto día de la Octava de Navidad. Recordemos que sólo la Navidad y la Pascua de Resurrección tiene una Octava de celebración, la Octava nos recuerda el octavo día de la creación, el día después del sábado, el día de la resurrección de Jesús, el día que completa y perfecciona definitivamente los siete días originales de la creación, narrados en el Antiguo Testamento (Gn 1,1-2,4a). En este cuarto día de la octava nos corresponde celebrar la Fiesta de los Santos Inocentes, los niños que murieron en la persecución del Rey Herodes a Jesús y que son considerados mártires. Jesús, María y José deben huir hacia Egipto para salvarse, como lo hiciera, en su tiempo Jacob y su familia (Gn 46,1-7). La frase del profeta Oseas 11,1: “De Egipto llamé a mi hijo” nos quiere indicar que Jesús es el nuevo Moisés, el nuevo Israel que sale de Egipto hacia la Tierra Santa, según el plan de Dios (Ex 12,37-42). La brutalidad de Herodes el Grande es conocida por los múltiples asesinatos que llevó a cabo durante su reinado, él, en su locura, considera que el niño Jesús es una amenaza para su poder, por eso manda a matar a todos los niños menores de 2 años de Belén y sus alrededores (tal como había hecho el Faraón de Egipto, en tiempos de Moisés, ver Ex 1,22); se piensa en una cantidad de entre 8 y 20 niños inocentes. La cita de Raquel (tomada de Jer 31,15) que llora en Ramá, cerca de Jerusalén, por sus hijos, hace referencia al pueblo de Dios que partió al exilio desde ese lugar (Jr 40,1); además, hay que tomar en cuenta que Raquel lloró y murió en Belén, también cerca de Jerusalén, cuando tuvo a su segundo hijo Benjamín (Gn 35,16-20).
¿Qué he hecho o qué puedo hacer por los niños inocentes de hoy? El corazón de Herodes estaba lleno de odio y desconfianza ¿Cómo puedo alejar de mí, el odio y la desconfianza? María y José tuvieron que huir a otro país ¿Qué hago yo por los inmigrantes?