+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hemos entrado en el Tiempo de Navidad y con la Solemnidad de ayer hemos iniciado la Octava de Navidad, que corresponde a los ocho días dedicados a celebrar el día de Navidad, que terminarán el día uno de enero. Hoy es el segundo día de la octava y en él corresponde la celebración del Martirio del diácono San Esteban. Este santo fue uno de los siete diáconos de origen pagano elegidos y nombrados por los apóstoles para el servicio de la Comunidad (ver Hch 6,1-7). Esteban destacó por su servicio, sencillez y humildad y su elocuencia para predicar al Señor delante de los judíos, los cuales se transformaron en sus enemigos (entre ellos estaba un joven San Pablo, llamado en ese tiempo Saulo, ver Hch 7,58; 8,1). Fue tal la enemistad que se ganó de parte de los judíos, que ellos lo juzgaron y lo condenaron a morir apedreado, pero en su agonía vio a Jesús de pie a la derecha de Dios y, siguiendo su ejemplo, perdonó a sus asesinos (Hch 7,55.59.60). Hoy, en el Evangelio según San Mateo, Jesús describe justo las condiciones que tuvo que enfrentar San Esteban, condiciones que van asociadas a la misión de evangelizar dada por el Señor; el Maestro de Nazaret advierte que la incomprensión y la persecución están siempre en el horizonte de sus seguidores tal como le aconteció a él mismo, ya que “el discípulo no es más que el maestro” (Mt 10,24). Pero no sólo la oposición y persecución son parte inseparable de la misión apostólica, sino que también lo es la asistencia del Espíritu Santo, gracias a ella los discípulos al ser perseguidos podrán dar testimonio de Jesús y experimentar la presencia del Espíritu entre ellos, de manera que, “aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22b).
¿He sufrido rechazo, crítica o persecución a causa de mi fe? ¿Soy capaz de testimoniar mi fe en todos lados? ¿Conozco la historia de Esteban? Puedo dedicar un tiempo a buscarla y leerla en el libro de los Hechos de los Apóstoles.