+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos celebrando la segunda parte del Tiempo de Adviento que va desde el 17 al 24 de diciembre y que nos invita a preparar la primera venida de Jesús, esto es su encarnación y nacimiento en Belén, además nos acercamos a la celebración del Cuarto Domingo de Adviento, que además coincide con el último día de este tiempo litúrgico dando paso en la noche de ese día 24 a la Solemnidad de la Natividad. Seguimos en este día la lectura de los “evangelios de la infancia”, correspondiendo hoy el texto de la Visita de María a Isabel, narrado por el Evangelio según San Lucas. Ya que María Virgen ha aceptado la Palabra de Dios con una fe profunda (Lc 1,38), demuestra esta misma fe practicando la caridad, visitando a su parienta ya anciana (Lc 1,7), para acompañarla en su embarazo que ya llevaba seis meses (Lc 1, 36). San Lucas nos da dos detalles en el versículo 39, el primero es que María va de prisa, con solicitud, “sin demora” (en el original griego: meta spoudés), lo que indica la preocupación que ella tiene por los demás, el segundo nos dice que va de Nazaret hasta una ciudad de Judá en la montaña, identificada con Ain Karim, que se ubica a 6 km al oeste de Jerusalén. En el relato del evangelista el encuentro de las dos madres tiene una gran importancia teológica ya que es, sobre todo, el encuentro de los dos hijos; la madre del Bautista siente como salta de gozo el niño en su seno y, entonces, reconoce a Jesús con su título de Resucitado: Señor (Kyrios). Es como si Juan empezara ya su misión de preparar el camino para Jesús, reconociendo, por medio de las palabras de su madre, el Señorío mesiánico del Maestro de Nazaret.
¿Cómo puedo imitar la preocupación de María por los demás? ¿Cómo puedo preparar el camino para el Señor? ¿Conozco a alguna mujer embarazada por la cual pueda rezar en estos días?