+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Palabra del Señor.
Reflexión
Recordemos que estamos en la última semana del Tiempo durante el año (antes llamado Tiempo Ordinario), cuyo color litúrgico es el verde; el próximo Domingo iniciaremos un nuevo Año Litúrgico con el Tiempo de Adviento, cuyo color es el morado. Pero concretamente en el día de hoy nos corresponde, de acuerdo con el Calendario Romano, la celebración la Fiesta del Apóstol San Andrés, quien recibe el título de “el primer llamado” (protóklitos, en griego), por ser el primer apóstol convocado por Jesús (ver Jn 1, 40-43); esta fiesta tiene preeminencia y, en consecuencia, lecturas propias. El texto evangélico está tomado del Evangelio según San Mateo y corresponde al llamado de los cuatros primeros discípulos, entre los cuales está San Andrés. Todo acontece a orillas del lago de Genesaret (Mar de Galilea), Jesús camina solo y ve a dos hermanos, a los cuales llama diciendo simplemente: “síganme y los haré pescadores de hombres”. Los hermanos son Andrés y Simón, llamado Pedro. Más adelante llama a otros dos hermanos: Santiago y Juan. Es interesante destacar que los discípulos de los rabinos acostumbraban a escoger a quien sería su maestro, pudiendo cambiarlo por otro, para más adelante ellos ser maestros. No es así con Jesús, es Él quien elige a sus discípulos y les pone altas exigencias y no los elige para que después sean maestros, sino para que sean discípulos y pesquen (salven) personas para el Reino de Dios. Andrés al igual que los demás discípulos dejó todo, de inmediato, para seguir a Jesús. “Así pues, que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud (cf. Mt 4, 20; Mc 1, 18), a hablar con entusiasmo de él a aquellos con los que nos encontremos, y sobre todo a cultivar con él una relación de auténtica familiaridad (Benedicto XVI)”.
¿Considero que soy discípulo o discípula de Jesús? ¿Qué he dejado para seguir a Jesús? ¿Qué significa para mí ser “pescador de hombres”?