+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas. Entonces Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.
Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”
Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: «Soy yo», y también: «El tiempo está cerca». No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
Estamos en la semana treinta y cuatro, la última del Tiempo Ordinario y del Año Litúrgico. Con el texto de hoy, el Evangelio según San Lucas da inicio al Discurso escatológico, o sea, sobre los últimos tiempos (Lc 21,5-38). Los temas que se van entrelazando en el discurso son tres: la destrucción de Jerusalén, el fin del mundo y la venida del Hijo de Hombre. Concretamente, en el texto que nos ocupa, todo empieza por la admiración de algunos por el Templo de Jerusalén. En realidad, el Templo era una maravilla, inmensas piedras que formaban imponentes murallas, varios patios y atrios y el Gran Santuario en el centro que resguardaba el “Lugar Santo” y el “Santo de los Santos”; su explanada ocupaba casi un cuarto de la ciudad de Jerusalén; a todos maravillaba el brillo de sus mármoles y de las piedras preciosas y del oro que lo adornaban. Pero Jesús, como ya habían dicho algunos profetas (Mi 3,12; Jr 7,1-15; 26,1-19), responde a esa admiración de los que lo rodean con un anuncio de ruina: “un día no quedará piedra sobre piedra, todo será destruido” (versículo 6). San Cirilo de Alejandría comenta que Cristo Jesús «No consideró importantes aquellas construcciones terrenas. Nada eran en comparación con las mansiones de arriba [del Cielo]». Pero más importante que esta profecía es el tema de la venida del Hijo de Hombre, sobre la cual el Señor advierte que sus discípulos deben estar preparados, sabiendo que habrá tribulación y también personajes engañosos por los cuales no deberán dejarse arrastrar, al contrario, deben permanecer fieles al Maestro y así estar preparados para su repentina aparición. Sobre esta advertencia de Jesús comenta San Ambrosio: «Entonces se acercará la desolación, puesto que muchos, cayendo en el error, se separarán de la verdadera religión».
¿Espero la venida del Señor? ¿Qué me dirá el Señor Jesús cuando venga? ¿Qué le diré yo a Jesús cuando lo vea cara a cara?