+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús decía a sus discípulos:
“Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los recibirán en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”.
Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Continúa hoy el Evangelio según San Lucas narrando las enseñanzas de Jesús sobre los bienes materiales y la relación que debe tener el cristiano con ellos. Después de la parábola del administrador injusto (Lc 16,1-8) y teniendo como audiencia a los discípulos (Lc 16,2) que lo escuchan y a los fariseos amantes del dinero (Lc 16,14) que lo escuchan y se burlan, Jesús presenta una serie de antítesis entre: hijos de la luz e hijos de este mundo, eternas moradas y dinero injusto, fiel e infiel, mucho y poco, propio y ajeno, amar y aborrecer y, por último, entre Dios y Dinero. Se pone mucho énfasis en saber administrar las cosas que son pequeñas, secundarias, sin importancia, para poder heredar lo que realmente es grande primario e importante; todo se reduce a la antítesis principal entre Dios y el Dinero Injusto (visto como el ídolo Mammonas Adikós). El cristiano debe aprender a tener una relación adecuada con el dinero, no viéndolo como un ídolo a quien servir o por el cual y para el cual vivir, sino como un medio, sobre todo para hacer el bien. Jesús dice: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas” (Lc 16,9). «Es fácil deducir de estas palabras que hay que hacer limosnas, que hay que dar a los necesitados, puesto que en ellos es Cristo quien recibe… [dice San Agustín]». O sea, lo que el Señor está diciendo es que tenemos usar nuestras posesiones y dinero para hacer el bien y no para acumular vanamente; así seremos recibidos en las moradas eternas, que es lo que realmente vale, por el Señor, nuestro único y verdadero Dios.
¿Cómo es mi relación con el dinero? ¿Cómo es mi relación con mis bienes materiales? ¿Es Dios mi única riqueza? ¿Soy generoso (a) con los pobres?