+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”
Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: «Yo quiero misericordia y no sacrificios». Porque Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el día de hoy el Evangelio según San Mateo nos presenta la segunda interrupción en la serie de los diez milagros que estamos leyendo; esta interrupción consiste en la llamada de Mateo y luego una cena con pecadores. En primer lugar, la vocación de Mateo (Marcos y Lucas llaman Leví a este personaje), recaudador de impuestos (publicano) que sigue a Jesús, hecho apóstol por Él y que puede estar en el origen de las tradiciones escritas en el Evangelio según San Mateo, pero sin ser su autor. En segundo lugar, leemos la Cena con los pecadores, siendo esta la única ocasión en que Mateo nos muestra a Jesús en una comida así, aunque era una práctica muy común en su ministerio. Este relato se clasifica como un “apotegma” (esto es, un breve relato para enmarcar una o varias frases de Jesús, en este caso las últimas tres). La comida es, para el Señor, una forma de llegar a aquellos que viven marginados en el Pueblo de Dios, una forma de tenderles la mano, de romper la marginalidad; los publicanos eran detestados por colaborar con los romanos y enriquecerse con ello; los pecadores son todas aquellas personas que realizaban negocios “despreciables” que provocaban impureza ritual y otras manchas (había listas de esos oficios). La primera frase (o dicho) es de sentido común: el médico tiene que acercarse a los enfermos, por eso Jesús come con los pecadores; la segunda frase está tomada de Oseas 6,6 y enseña que el estudio de la Toráh y las obras de misericordia son el camino que Dios prefiere en vez de los sacrificios del Templo. La tercera frase describe perfectamente la actuación de Jesús en todo su ministerio, Él vino a buscar a los pecadores.
¿Respondo como Mateo al llamado de Jesús? ¿Me acerco y le tiendo la mano a los pecadores como hace Jesús? ¿He experimentado la misericordia? ¿Soy misericordioso (a)?