+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Terminamos esta semana, la sexta del Tiempo de Pascua, preparándonos para celebrar mañana la Solemnidad de la Ascensión del Señor y, el próximo Domingo la Solemnidad de Pentecostés. El Evangelio según San Juan nos presenta hoy la gran revelación de Jesús al terminar sus discursos después de la Última Cena. El Señor promete ya no hablar más de forma enigmática o misteriosa como varias veces lo hizo durante su ministerio, al contrario, promete hablar claramente del Padre. Les dice a sus discípulos, que todo lo que pidan al Padre Él se los concederá y en ello habrá una inmensa alegría, más todavía, dice el Maestro, ni siquiera será necesario que Él interceda por ellos, que Él ruegue por ellos, porque el Padre los conoce y sobre todo los ama. En esto consiste la alegría, en saberse amados por el Padre Celestial, en saber que Él los amó primero (ver 1 Jn 4,19) y en saber que Él los amó cuando todavía eran pecadores (ver Rm 5,8); los discípulos descubren este inmenso amor porque aman a Jesús con todo el corazón y han creído en Él y, sobre todo, han creído que Jesús viene de Dios. Dice San Agustín: «Nuestra alegría será plenitud al gozarnos en el Dios Trinidad, a cuya imagen hemos sido creados». Por esa razón el Señor Jesucristo les revela de forma solemne la profundidad de su ser: “Salí del Padre y vine al mundo”, refiriéndose a su misión originada en la Trinidad y llevada a cabo en su encarnación en las purísimas entrañas de María y en su predicación en Galilea y Jerusalén. “Ahora dejo el mundo y voy al Padre”, refiriéndose a su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión a la derecha del Padre Dios.
Preguntémonos hoy: ¿Siento en mi el amor de Dios? ¿Amo a Jesús mi Señor? ¿Creo en Jesús que vino del Padre Dios y volvió a Él?