+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Jesús dijo a sus discípulos:
«Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.».
Palabra del Señor.
Reflexión
Terminado el discurso de despedida de Jesús en el capítulo 14, en contexto de la Última Cena, el Evangelio según San Juan nos presenta en los capítulos 15 y 16 una serie de enseñanzas del Señor, complementarias a dicho discurso; estas enseñanzas se refieren a la relación de los discípulos y de las discípulas con Cristo, por un lado y a la relación de los discípulos (as) con el mundo, por otro lado. Los versículos 1 al 17 del capítulo 15 están dedicados a la relación de los discípulos (as) con Cristo; se usa la imagen de la Vid para Cristo y se invita a los discípulos (as) a permanecer, luego se insiste en que Jesús es la Vid y los discípulos (as) los sarmientos y que deben permanecer en Él, después se muestra el amor como fruto del amor del Padre y del Hijo y, por último, se reitera el mandamiento del amor. Dos veces aparece la exhortación: “ámense los unos a los otros” (Jn 15,12.17). Este es el mandamiento nuevo promulgado por Jesús en la última cena (Jn 13, 34) y que ahora es retomado para enfatizar la frase “como yo los he amado”; esta es la clave del amor verdadero, amar consiste en amar como Jesús, sin límites, sin condiciones. Los discípulos (as) deben amarse unos a otros al modo de Jesús, sabiendo que Él los ha amado primero, los ha elegido, los ha transformado en sus amigos y por, sobre todo, ha dado su vida por ellos. En el AT se decía que Abraham era el amigo de Dios (Is 41,8) y que el Señor hablaba con Moisés como habla un hombre con su amigo (Ex 33,11), pero ahora Jesús dice que todos los que creen en Él son sus amigos y no sus siervos.
Soy discípulo o discípula del Señor, ¿siento que soy su amigo (a)? ¿me siento elegido (a)? ¿me siento amado (a) por Él? ¿he aprendido a amar como Él?