+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos:
“El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Después dijo a todos: “El que quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se arruina a sí mismo?”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Recordemos que ayer hemos iniciado el Tiempo de Cuaresma que corresponde a los cuarenta días que nos preparan para la Pascua del Señor; en este tiempo se omite el canto del Gloria y del Aleluya en la Misa. En el día de hoy el Calendario Litúrgico nos coloca la celebración del “Jueves después de Ceniza” y el texto bíblico que leemos está tomado del Evangelio según San Lucas. Jesús acaba de preguntar a sus discípulos sobre quién pensaban ellos que Él era y Pedro, en nombre de todos, había respondido: “Tú eres el Mesías de Dios”. Entonces el Señor les ordena guardar silencio y les explica que la creciente oposición a su persona lo llevará a la muerte, poniendo así en su horizonte la Cruz. Debe quedar claro para los discípulos que el Hijo del Hombre será humillado hasta la muerte, pero detrás de estos acontecimientos está el plan de Dios y la victoria de Jesús en la Resurrección. Jesús extiende la invitación a seguirlo a todos y en esta invitación el Maestro resalta la cruz como centro de esta, indicando así, el compromiso de los discípulos y de las discípulas con Jesús y su participación en el Reino de Dios con hechos y palabras, siendo constantemente fieles, día a día al Maestro de Nazaret y a su estilo de vida, o sea perdiendo la vida en el profundo compromiso con Jesús y el Reino de Dios. «Por el camino que ha recorrido Cristo es por donde tú has de caminar [comenta San Ambrosio]. Esto es reconocerle, esto es imitarle en la ignominia y en la buena fama, para que te gloríes en la cruz, como Él mismo se ha gloriado». Tal como dice San Pablo en la Carta a los Gálatas (Gal 6,14).
¿Tengo claro que la verdadera identidad de Jesús no se puede separar de la Cruz? ¿Estoy dispuesto (a) al seguimiento de Jesús? ¿Cómo describiría mi compromiso con el Reino de Dios?
