+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús atravesaba la Galilea junto con sus discípulos y no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”. Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: “¿De qué hablaban en el camino?” Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”.
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe no es a mí al que recibe sino a Aquél que me ha enviado”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy terminamos esta primera parte del “Tiempo durante el Año” ya que mañana iniciamos el “Tiempo de Cuaresma” con el Miércoles de Ceniza; retomaremos la segunda parte del Tiempo durante el Año con la semana ocho, después de Pentecostés, el lunes 29 de mayo. En consecuencia, interrumpiremos, mañana, la lectura semicontinua del Evangelio según San Marcos, quien nos presenta hoy el texto del segundo anuncio de la Pasión; recordemos que Jesús está enseñando a sus discípulos que ser Mesías significa ser Mesías sufriente; la perícopa (=texto breve y autónomo) tiene tres partes, primero, el anuncio de la pasión, segundo, la discusión banal de los discípulos y tercero, la enseñanza de Jesús para ellos. San Marcos nos presenta un fuerte contraste entre dos actitudes, por un lado, está Jesús que anuncia el misterio pascual de su muerte y resurrección y por otro lado están los discípulos que están preocupados por las cosas mundanas; el evangelista nos ha mostrado a lo largo del relato evangélico que los discípulos no son capaces de entender al Maestro, por lo que Él debe instruirlos para que lo comprendan de verdad. Después del anuncio de la pasión hecho por Jesús los discípulos no encuentran nada mejor que discutir sobre cuál de ellos es o debe ser el mayor, comprendiendo que estaban mal no se atreven a preguntar a Jesús y callan ante la interrogación del Señor; por este motivo el Maestro se dedica a enseñarles que para ser primero hay que hacerse el último, el siervo de todos, tal como el mismo Maestro actúa y les da ejemplo; luego coloca, como modelo a imitar, a un niño, que cae en la categoría de los pequeños, no por la edad, sino porque los niños eran totalmente infravalorados en la sociedad del tiempo de Jesús.
¿Qué significa para mí el anuncio de la Pasión que hace Jesús? ¿Hasta qué punto suelo preocuparme por cosas mundanas y banales? ¿Soy capaz de hacerme pequeño?