+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús, llamando a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?” Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio según San Marcos continúa hoy presentándonos una serie de dichos de Jesús sobre el tema de lo puro y de lo impuro. El Señor empieza diciendo que: “Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo”, de esta manera Jesús anula una serie de normas de impureza ritual y dietética que ocupaban una buena parte del Pentateuco (ver Lv 11; Dt 14) y que influían en la vida cotidiana de los judíos. Importante es esta enseñanza que se inicia y se termina con un fuerte llamado a escuchar (en los versículos 14 y 16). Cuando están en la casa sus discípulos le preguntan por el significado del dicho del versículo 15 que ellos encuentran oscuro o enigmático; entonces el Maestro Nazareno les dice que el alimento impuro no puede manchar a la persona porque entra al estómago y no al corazón que es la sede del aprendizaje y de los sentimientos, según la concepción hebrea de la persona. Jesús distingue entre la persona interior (verdadera religión y moralidad) y la persona exterior (sólo ritualismo). La segunda parte de la explicación se refiere a la verdadera impureza que es la que sale de la persona, es decir, que los vicios y los hechos perversos proceden de personas que son malas. Sobre esto así comenta Tertuliano: «¿cómo me he de considerar seguidor de las enseñanzas del Señor, las cuales afirman que el hombre no se mancha con la suciedad de los vasos sino con lo que sale de su boca?» Para terminar la explicación se agrega una lista o catálogo de pecados muy usada en la antigüedad que también podemos ver en Gál 5,19-21; Rm 1,29-31; 1Pe 4,3.
La verdadera pureza viene del interior de la persona ¿Cuán puro (a) soy a los ojos de Dios? La impureza sale del corazón de la persona ¿Hasta qué punto he combatido mis impurezas? ¿Acostumbro a hacer examen de conciencia: diario, semanal, mensual…?