Un perro representó un papel importante en la vida de Don Bosco. Acontecimientos extraños y misteriosos ocurrieron con este perro en las instancias que Don Bosco se vio en situaciones de peligro. Se cuenta que, en una noche de otoño, Don Bosco caminaba por una calle peligrosa y de pronto, apareció un perro y lo empezó a seguir, se le acerco y Don Bosco lo acarició, el perro dócil estuvo quieto un rato con él y luego se marchó. A partir de ese día, cada vez que Don Bosco salía a recorrer calles y barrios peligrosos este perro lo acompañaba y cuidaba, luego desaparecía sin dejar rastro. Don Bosco le puso el nombre de “El Gris”, porque era de ese color. Este animalito de carne y hueso acompañó a Don Bosco por un largo tiempo en que sufrió frecuentes ataques y cuando estas persecuciones desaparecieron el Gris dejó de presentarse. En nuestras vidas aparecen situaciones, personas y animalitos, que nos hace reflexionar… Dios obra a través de todos ellos, ¡disfrutemos y reconozcamos estas instancias!
Claudia Martí
Salesianos Concepción
¿Reconoces las maneras en las que cada ser que te rodea aplica sus dones
de acuerdo a tus experiencias día a día?