+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: ¿“Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hemos avanzado ya a la cuarta semana del “Tiempo durante el Año” (antes llamado Tiempo Ordinario) y, en el día de hoy, suspendemos la lectura semi continua del Evangelio según San Marcos, porque como Familia Salesiana celebramos la Solemnidad de San Juan Bosco, nuestro santo fundador, por eso el evangelio se toma de las llamadas “lecturas apropiadas” y corresponde a una perícopa (=breve unidad) del Evangelio según San Mateo. El texto que leemos nos presenta el comienzo del cuarto discurso de Jesús llamado discurso comunitario, que está compuesto de dos partes; la primera es una exhortación a la atención a los más pequeños más una parábola y la segunda es una exhortación al perdón más una parábola. Leemos hoy la primera exhortación. Entre los discípulos surgen anhelos de poder y grandeza, pero con la llegada de los tiempos mesiánicos los valores se invierten, no es el poder lo que hace grande al discípulo, sino la pequeñez, la humildad al modo de Jesús; por eso el Señor coloca como ejemplo a un niño (recordemos que el niño se define por su indigencia en la sociedad judía del tiempo de Jesús); a raíz de esto el Maestro exhorta a acoger a los pequeños, porque así es a Él a quien se acoge. El versículo 10 hace hincapié en el cuidado especial del Padre Celestial por los más pequeños, advirtiendo así a la comunidad cristiana que bajo ningún motivo es correcto o lícito marginar o despreciar a los pequeños, ya que ellos “tienen poderosas conexiones con los ángeles y con Dios”. Don Bosco, siguiendo el ejemplo de Jesús con la maternal guía y ayuda de la Virgen María Auxiliadora optó por los niños y jóvenes, la porción más delicada de la sociedad, especialmente por los más pobres, los más necesitados y en peligro.
¿Quiénes son hoy los pequeños? ¿Siento que he marginado o despreciado a los pequeños? ¿He buscado el “poder” en la Iglesia? ¿En qué me identifico con San Juan Bosco?