En el día del bautismo se escuchó la voz de Dios Padre que dijo: este es mi hijo amado en quien mi alma se complace. En este día, dispongámonos a querer escuchar mi nombre y una llamada “Tú eres mi Hijo.”
Para que nunca falte en la misión evangelizadora de la Iglesia buenos testigos que pregonen tu Palabra y que den testimonio de tu Reino.Renato Reyes
Capilla María Auxiliadora, Valparaíso
¿Nos sentimos hijos de Dios?