Cuando María concibió a Jesús, el Espíritu Santo también le reveló que su prima Isabel esperaba un hijo de su anciano esposo Zacarías después de que había perdido la esperanza de concebir. Subió al lomo de una mula y partió a Judá a través de las montañas a cuidar de su prima sin importar su estado ni los peligros que podía enfrentar en el viaje. La voluntad de María expresada en el sí al ángel del Señor fue la misma disposición con que emprendía el viaje al servicio de su prima. Al abrazar a María, en el vientre de Isabel el niño saltó de gozo y el Espíritu Santo las inundó. María permaneció en casa de Zacarías tres meses sirviendo a Isabel y luego regresó a Nazaret. Que en esta Navidad la espera de Isabel y el servicio de María sean nuestra esperanza y servicio para construir un mundo mejor.
Félix Soto
Capilla Santa Irene, Parroquia Jesús es el Señor, La Florida
¿Durante este tiempo de Navidad has experimentado el gozo del
nacimiento del niño Jesús?