+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos:
No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy es jueves de la primera semana de Adviento, tiempo en el cual se usa el color morado, que significa preparación (para la Venida del Señor). La lectura de hoy corresponde a la parábola de las dos casas, según San Mateo. Después de habernos narrado el primer discurso de Jesús, el Sermón de la montaña, Mateo narra una parábola a modo de conclusión de ese sermón; la idea es que en el sermón está la enseñanza del Maestro y en la parábola está la actitud que debe tener el discípulo y la discípula de Jesús ante su Palabra. La enseñanza de este texto se basa en dos contrastes bien claros. En el versículo 21 el contraste está entre el “decir” y el “hacer”, no basta con decir que se es cristiano, sino que es necesario actuar como tal (cumplir la voluntad del Padre Celeste). En los versículos 24 al 27 la parábola nos muestra que el contraste está entre el “escuchar” y “hacer” por un lado y el “escuchar” y “no hacer” por otro lado. El verdadero discípulo de Jesús es el que escucha su enseñanza, presentada en Sermón de la montaña y, luego, la pone en práctica, aunque esto le signifique las dificultades que el mismo Señor explica: el camino difícil es hacer la voluntad del Padre expresada en la enseñanza de Jesús, eso es construir sobre roca, pues «más firmes que una roca son estos preceptos de Cristo, que nos levantan por encima de todos los oleajes humanos» (Juan Crisóstomo). En cambio, el que construye sobre arena es el que sigue el camino fácil: escucha la enseñanza del Maestro, pero no cumple la voluntad del Padre. Este último no soportará el Juicio y el desastre será total, no así el primero que en el Juicio no se derrumbará.
¿He pensado en el Juicio de Dios? ¿Tengo claro que su Juicio es de misericordia? ¿Cómo respondo a su misericordia? ¿Construyo sobre arena o sobre roca?