Camila estaba de vacaciones en la casa de su abuela, en ese tiempo aprendió las tareas domésticas y en especial cuidar a su abuelita. Camila se dio cuenta de que había adultos mayores en su barrio que vivían solos y que les costaba algunas veces poder realizar sus tareas domésticas, comprar y alimentarse; entonces decidió hacer algo por ellos y comenzó a preparar comida. Sin embargo, vio que sus esfuerzos no eran suficientes, así que colocó en la ventana de la casa un cartel para invitar a jóvenes y adolescentes voluntarios del barrio a ayudar en la entrega de la comida a las abuelitas y abuelitos del barrio. Su iniciativa tuvo mucho eco, ya que había vecinas y vecinos que estaban dispuestos a colaborar y a turnarse para cocinar los alimentos. Esta iniciativa la compartieron con otros barrios para que se organizaran y también puedan ayudarse fraternalmente.
Claudia Martí
Salesianos Concepción
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