Morir no es desaparecer, sino existir de una manera nueva. Sabemos que los que nos han precedido en el camino de la vida han llegado a la meta, están un paso más allá, mientras que nosotros todavía estamos peregrinando. La muerte, pues, no es el fin de todo, sino el comienzo de una nueva vida para la que nos preparamos desde hace tiempo. La conmemoración de los difuntos, entonces, no consiste tan solo en recordar a los que ya no están; también nos indica que la muerte es un paso, es nuestra pascua, que nos espera al final de la vida y que nos conducirá a la otra orilla a la que todos estamos invitados: la vida eterna. Este día es una ayuda para no dejar que tantas cosas nos agobien, olvidando que todo pasa, pero que Dios permanece.
Ricardo Jara Cortés
EPE Valparaíso
Jessica Aguirre Santana
EME Valparaíso
¿Elevo mis oraciones por mis hermanos difuntos los de mi familia y
aquellos que no conocemos para que vivan junto a nuestro Dios? ¿Qué nos
enseña la muerte?