+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
María dijo entonces:
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”.
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos iniciado la semana número veinte del “Tiempo durante el Año” y, en el día de hoy, corresponde celebrar la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María; en esta liturgia celebramos a María Santísima llevada al Cielo en cuerpo y alma, “dogma” definido por el papa Pío XII en 1950. El Leccionario Santoral nos presenta para esta misa un texto tomado del Evangelio según San Lucas que nos narra la visitación de María a su prima Isabel en la región montañosa de Judea (Ain Karim) donde recibe las alabanzas y bendiciones de ella por la misión que el Señor le ha confiado, a lo cual la Virgen María responde con alegría profunda del corazón como la enamorada de Dios que es, proclamado su hermoso canto que nosotros conocemos como el Cántico de María, también llamado Magníficat. En este cántico María expresa en primer lugar, la gozosa alabanza y gratitud a Dios por la bendición personal que ha recibido de Él; en segundo lugar, exalta la infinita misericordia de Dios para con todos los que lo aceptan en sus vidas; en tercer lugar, bendice la soberanía de Dios y su especial amor por los pobres y los humildes de la tierra; en cuarto lugar, destaca su especial amor y bendición por Israel el pueblo que Él se escogió. María canta a Dios por haberse dignado a elegirla a ella, una humilde aldeana de un pueblo perdido, para llevar a cumplimiento las esperanzas de toda una Nación, más aún de toda la humanidad. Es un canto que muestra que todo es posible para quien tiene a Dios de su lado.
¿Qué me llama la atención de la vida da la virgen María? ¿Amo a María como Madre de Dios y madre nuestra? ¿Cómo puedo fortalecer mi devoción por María Santísima?