+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos:
El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino.
Palabra del Señor.
Reflexión
La Perícopa (=párrafo o breve relato autónomo) que San Mateo nos trae hoy está íntimamente relacionada con las dos que le preceden en el texto evangélico, es decir, con la Confesión de Pedro y con el Primer anuncio de la Pasión. Pedro confesó con entusiasmo a Jesús como el Mesías y Jesús le hace ver que ser Mesías, para Él significa ser Mesías Sufriente. A continuación, viene el texto de hoy que nos habla de las condiciones para seguir a Jesús. Se trata de cuatro dichos que Jesús pronuncia solo a sus discípulos. El primero, invita al seguimiento de Jesús cargando la cruz; o sea, negarse a sí mismo, dejar de lado el egoísmo y conformar la vida al modo de la vida de Jesús. El segundo, contrapone los verbos perder y salvar (encontrar); es decir, el que se atreva a arriesgar su vida por Jesús encontrará la vida verdadera, la vida eterna; «a cambio de haberla perdido [la vida] conseguirá la salvación» (Orígenes). El tercero, contrapone la ganancia del mundo entero a la pérdida de uno mismo; esto es, de qué servirá ganar todas las riquezas del mudo, si eso significa perderse a sí mismo, en esta vida y en la eterna. El cuarto, contempla la posibilidad de la pérdida de la propia vida en la venida definitiva (parusía) del Hijo del hombre. «Con estas palabras [dice Juan Crisóstomo] no sólo se recuerda el castigo de los pecadores, sino también los premios y coronas de los que han obrado rectamente». El seguimiento de Jesús requiere vivir como Él y, por lo tanto, requiere solidarizar con Él aún en la tribulación.
¿Qué siento al ver las condiciones del seguimiento de Jesús? ¿Estoy dispuesto(a) a compartir la misma vida de Jesús? ¿He sufrido a causa del Señor?